Vino de mucho cuerpo, lleno y aterciopelado, acusadamente enérgico, seco o no muy abocado, cuyo color es caoba, con aromas a pastelería; dulces y sabrosos en boca. Vino con extraordinario olor, savia y riqueza natural extraordinaria, compendio de suavidad y energía. Inolvidable. Su propio olor se viene no solo de los perfumes y aromas que evocan la crianza, el roble y la uva originaria, sino también de buena parte de las cualidades esenciales de su ser vínico, como la fuerza el nervio de vino generoso y pócer.
Es asimismo un singular reconfortante para el cansancio de las últimas horas de la noche. Se recomienda a media mañana y a las horas del té y la merienda aunque va muy bien en todo momento, excepto como aperitivo.
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